Después de los 60

Si, es cierto, el corazón no siempre va de la mano de la razón. Lo importante es pensar con la cabeza antes de dejarnos arrastrar por un camino que no nos conviene. Y es más sencillo controlarlo cuando somos maduros.

Me imagino la senectud como un período de la vida donde uno es capaz de desprenderse de todo aquello que durante las épocas anteriores le ha anclado a sus rutinas muchas veces impostadas y en ocasiones no elegidas de manera sincera. Me imagino una época en la que la sensación de ausencia de libertad deja de apretar y en la que todo es relativizado bajo el prisma de la finitud de la vida, tal vez también desde el sometimiento del cuerpo a ciertos dolores y enfermedades, de las despedidas de algunos seres queridos y cercanos. Me parece la época idónea para poner en práctica el siempre sobreval..orado "carpe diem" y realizar prospecciones en las profundidades de uno mismo hasta llegar a comprender el qué, el cómo y el dónde lo queremos. El momento de reclamar la belleza de uno mismo en pleno cénit de la vida. Un abrazo!! 

Gracias por compartir reflexiones tan profundas Mikel. Es admirable como pones en palabras algo tan complejo de explicar. Llegar a esa etapa de nuestra vida con esa serenidad es algo que tod@s debiéramos conseguir.                                                  En cuanto a lo de relacionarnos porque que somos vascos Ander,  al contrario, muchas veces guardamos silencios que dicen mucho. Eso es un mito infundado...  Gracias por compartir

Lo de la senectud suena fatal... en fin...q venga uno de 44 a opinar..