Crecimiento personal San Sebastián  17 nov 2023 Menu usuario

Yo estuve allí­...

El martes estaba tomando café con unos compañeros de trabajo y uno de ellos comentó que uno de sus amigos se habí­a suicidado. Nadie en su entorno más cercano se lo esperaba.

Me removí­. Mi mente dio un salto a junio de 2022 cuando yo intenté suicidarme.

Lo recuerdo perfectamente. Estaba sentado en un banco de la estación de Castelldefels. Esperando al tren que me llevará a Barcelona o me liberara de la tremenda presión insoportable que bloqueaba mi mente.

Por megafoní­a anunciaron el paso de un tren que no tení­a parada en aquella estación. Me levanté; miré a la izquierda y asomaba a lo lejos la máquina. Cerré los ojos, comencé a llorar y avancé.

Me detuve al borde del andén y abrí­ los ojos para ver cuán de cerca estaba mi libertad. El suelo y mis piernas temblaban. En frente, en el otro andén, 2 niñ@s me miraban fijamente.

Nuestras miradas se cruzaron. Ajen@s a lo que realmente pasaba por mi mente y por la estación, la más pequeña me sonrió. Si; me sonrió y mi mente y mi cuerpo se paralizaron. Las entreví­as de mi cabeza no acertaron a continuar; no con aquell@s niñ@s delante.
Y en ese momento, nos interrumpió el tren que pasaba entre nosotr@s.

Acabó de pasar el convoy y l@s nin@s continuaban ahí­. Su atención ya no era yo. Estaban mirando como se alejaba el tren. Retrocedí­ y me volví­ a sentar.

No se el tiempo que permanecí­ sentado hasta que acerté a llamar a un amigo y le dije que tení­a que hablar con alguien.

Nos sentamos en una terraza. Verbalicé mis emociones. Lloramos los 2 mientras él escuchaba y yo vomitaba. Poco a poco la presión en mi cabeza y en mi corazón fueron disminuyendo levemente.

í‰l, seguí­a escuchando y de vez en cuando preguntaba algo para que continuara identificando mis sentimientos. Era un frontón que amplificaba mis señales y me devolví­a mis propias palabras.

No. No hay ningún botón ni ningún consejo para ese momento que acierten a revertir esa situación, esa sensación.

Qué me llevó a semejante momento no es lo verdaderamente importante y quizás en alguna ocasión me vea con fuerzas para contártelo.

Si te ves en la misma situación, VERBALIZA lo que te ocurre con alguien a tu lado que sepa escuchar y que no se vea en la necesidad de dar con unas palabras que mitiguen tu dolor; NO EXISTEN.

Estate atent@ a tu entorno. Párate y escucha el ruido de los silencios.

Agur,
Mikel





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